¿Qué se entiende por conciencia fonológica (CF)?
En sentido amplio, la conciencia
fonológica se trata de la habilidad para percibir y manipular los sonidos de
las palabras habladas (Goswami y Bryant, 1990). En sentido estricto, es la
habilidad para identificar, segmentar, combinar o eliminar, intencionalmente,
las unidades subléxicas de las palabras hasta el fonema (Defior y Serrano, 2011). En suma, es un acceso consciente al
aspecto fonológico del flujo del habla, y cierta habilidad para manejar
representaciones cognitivas en este aspecto (Stanovich, 1986).
Cada una de las definiciones
anteriores nos da pistas de los componentes que perciben los autores como
importantes, pero si realizamos un amalgama de todas ellas obtenemos que el
aspecto de la consciencia -es decir, la capacidad de utilizar con conocimiento
componentes del lenguaje más allá de lo que representa la simple discriminación
auditiva- es tan importante como el fonológico, los sonidos del lenguaje; de
modo que conciencia fonológica sería el
conocimiento para manejar y operar con componentes fónicos subléxicos del
lenguaje.
La definición anterior, más que
responder a solucionar el término, implica una gran cantidad de incógnitas que
deben ser resueltas, estás-sin querer ser exhaustivo- podrían agruparse como
sigue:
Sobre la información y modo de operación que manejan los procesos de CF
Si comparamos el sentido auditivo
con el visual, observamos que el auditivo crea el lenguaje, mientras que el
visual no lo hace. La importancia del habla es tal que es estudiada por la
mayoría de las disciplinas humanas (cualquiera sabe que entender la jerga de una
profesión es el primer paso para aproximarse a ella), mientras que la visión
no. Las unidades con las que tiene que
trabajar el oído y el análisis que debe realizar el cerebro son naturales, pero
con una gran significación ajena al entorno natural para el que fue
desarrollado evolutivamente; es decir, podemos escuchar el ruido del trueno y
escuchar a un meteorólogo sobre cómo se ha producido la tormenta. Un
espectrómetro “no notará” la diferencia entre ambos ruidos, sin embargo la
cantidad de información y la estructuración del discurso humano requiere una
capacidad neuronal superior al análisis del trueno, con áreas y flujos corticales que no se dan
en el resto de las especies.
De una forma muy burda (se podría
matizar por la significación del lenguaje no verbal inherente a la comunicación
humana) el análisis óptico cortical del relámpago y del meteorólogo son muy
parecidos. Además no tenemos una capacidad de análisis de subunidades (por
subléxicas) y supraunidades (frases, parágrafos, etc.) ópticas que estructuran
la realidad que nos presenta la visión (aunque conocemos la forma en que la
corteza occipital realiza los análisis de forma, etc).
Con todo esto quiero decir que,
el cerebro ha de analizar el habla como una señal acústica, después ha de realizar
un análisis para poder categorizar unidades artificiales (fonemas, sílabas, etc.)
para extraer información que no está relacionada con la señal ni con las
unidades artificiales que ha analizado (significado). De modo que, el análisis
del sonido es casi igual cuando se trata de la palabra que cuando se trata de un elemento no
lingüístico, pero el análisis posterior que realiza el telencéfalo, dista mucho
de ser similar. Existen diferentes modelos teóricos sobre el análisis del habla de
los que se han hablado en otra entrada.
Sabiendo esto no nos queda claro:
¿Cuál es el tipo de manejo
atribuible a la conciencia fonológica?
¿Qué tipo de operaciones
cognitivas se realizan con la conciencia
fonológica?
¿Cuáles de las operaciones que se
realizan con conciencia fonológica que resultan imprescindibles para el acceso
fonológico a la lectura?
Sobre las unidades operativas que utiliza la CF
Hemos visto que, al inicio de
nuestra vida, el lenguaje utiliza unidades
fonológicas que son señales acústicas, categorizadas de modo artificial o
arbitrario por un grupo humano o hablantes de la misma variedad dialectal de un
idioma. De este modo hay que preguntarse sobre las unidades que utiliza la CF.
¿Existen sonidos con los que
pueden operarse de la misma forma que con los lingüísticos?
¿Las variables físicas
(acústicas) de las unidades tienen una importancia sobre la capacidad de operar
con estas unidades?
¿Qué tipo de unidades sub-léxicas
son las apropiadas para desarrollar la lectura?
¿La capacidad operativa es igual
con diferentes tipos de unidades?
¿La cantidad de unidades de una
lengua es una variable importante para el dominio de la CF?
¿Hasta qué punto todos los
sonidos del lenguaje pueden aguantar los mismos procesos de CF (análisis o
síntesis) que otros?
Sobre CF y desarrollo infantil
¿Qué unidades han de operarse en
cada etapa del desarrollo infantil?
¿La habilidad de CF parte de
otras habilidades de análisis acústico?
¿La constancia perceptiva de
determinados fonemas es “aprendida” por
aspectos motrices?
Si esto fuera así y la CF no sólo
dependería del sentido auditivo, sino de análisis de patrones motores, los
planteamientos actuales sobre la CF serían incompletos.
“... la percepción de fonemas requiere un decodificador especial. Un posible modelo supone que la codificación se produce por debajo, al nivel de las órdenes neuromotoras (invariantes) de los músculos articulatorios. El decodificador puede entonces identificar los fonemas consultando los comandos de entrada de los sonidos del habla .”
Esta cita de Liberman, Cooper, Shankweiler,
y Studdert-Kennedy (1967) cobraría de nuevo una gran importancia para explicar
parte de lo que es la llamada “conciencia fonológica” y sería una razón añadida para entender la necesidad de vocalización o sub-vocalización al comienzo de la lectura fonética y durante un periodo de tiempo en los lectores incipientes.
Defior,
S., & Serrano, S. (2011). La conciencia fonémica, aliada de la adquisición
lenguaje escrito. Revista de Logopedia,
Foniatría y Audiología, 2-13.
Goswami, U. C.,
& Bryant, P. (1990). Phonological
Skills and Learning to Read. Hove: Psychology
Press.
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