Después de tiempo sin hacer entradas, me he puesto a pensar sobre los tipos de letra adecuados para la enseñanza de la lectura. A la hora de aprender los caracteres es lógico
preguntarse qué tipo de letra enseñar al niño. Desde el punto de vista
práctico, nos damos cuenta de que existen, aparentemente, dos únicas
posibilidades para enseñarle, estas son las manuscritas y las de imprenta, cada
tipo tiene dos posibilidades: minúsculas o mayúsculas. Todas tienen sus pros y
sus contras.
Los defensores de la utilización de las mayúsculas,
argumentan que para el niño son más fáciles de reproducir, ya que hay menos
trazos con giros y resulta más sencillo. Esta es la letra que los maestros
definen como letra de palo (PALO) o en lenguaje tipográfico letra mayúscula «sin
remates», como tipografía opuesta a la que tiene remates (PALO). La
pregunta que me hago sobre la facilidad de trazo es la siguiente:
¿Es más fácil trazar <R> que <r>? ¿Tiene
menos giros <O> que <o>?
Evidentemente no. Hagamos una prueba, escribamos en
un folio en la parte superior todas las letras en mayúscula y debajo las mismas
en minúsculas. Ahora observemos los pares en los que hay giro exclusivo en las
minúsculas:
A,a E,e F, f H,h M,m N,
n Ñ,ñ
Existen 7 mayúsculas sin giro frente a las minúsculas.
Pero hagámoslo al revés:
R,r
Existe una mayúscula con giro frente a las minúsculas.
Es decir, la <R> presenta un giro que no existe en la <r>.
Además las mayúsculas presentan giros complejos o
dobles, de difícil realización, que no se encuentran en las minúsculas, por
ejemplo:
Haciendo este pequeño análisis hemos podido observar
que no existen ventajas reales que nos hagan pensar que es más sencillo el
trazado de mayúsculas que el de minúsculas. Quizás estamos frente a una moda,
la del uso de mayúsculas, que comenzó a finales de los 70 y nadie se ha parado
a valorar.
En contra de la utilización de la letra de palo se
encuentra que el cuerpo de texto se realiza en minúscula, en cualquier escrito
el porcentaje de mayúsculas es mínimo si lo comparamos con las minúsculas. Por
otra parte, escribir con mayúsculas exige haber aprendido a realizar giros. Además,
se ha observado que la utilización de la letra mayúscula en el aprendizaje
inicial ralentiza la escritura y dificulta la ejecución del trazado con un
nivel de fluidez que puede llegar a entorpecer las tareas de composición escrita
(Yausaz, 2012).
Las minúsculas ligadas, o manuscritas, han sido utilizadas de forma
tradicional en España. En el plano perceptivo pueden dar lugar a determinadas
confusiones espaciales (p, q, b, d). Ripoll (2015) publicó un trabajo con 115 alumnos
de primer curso de educación primaria, en el que les hizo leer 6 pequeños textos
con un tipo diferente de letra cada uno. El número de palabras leídas por
minuto fue igual con todos los tipos de letra, pero los muchachos cometieron menos
errores con la letra manuscrita (Escolar) que con los otros tipos, donde se
encontraba la Arial.
Sin embargo, cuando enseñamos la lectura utilizando
letras ligadas, el niño debe abstraer qué es lo representativo de cada letra y
qué es lo accesorio, dónde empieza y termina una letra. Una « l » manuscrita y ligada es más difícil de reconocer
que una «l» de imprenta, ya que esta última es una raya vertical, mientras que
la primera tiene una serie de trazos para unirla al resto de las letras
colindantes. Lo cual dificulta más su tarea, pues antes de memorizarse la
grafía necesita saber cuál es, realmente, la grafía que ha de detectar.
Las letras minúsculas de imprenta parecen
presentar las ventajas de ambas y los mínimos inconvenientes. La única
excepción es la dificultad para alcanzar una escritura manuscrita ligada. Ello
implicará una remodelación muy importante de la letra en cursos posteriores a
la Educación Infantil, con lo que estaremos adelantando la lectura y retrasando
la velocidad de escritura del niño.
Referencias
Ripoll, J. C. (2015). Legibilidad de distintos tipos de letra en alumnos de primero de primaria. Infancia y Aprendizaje, 38(3), 606-616.
http://doi.org/10.1080/02103702.2015.1054668
Yausaz, F. (2012). Fluidez en el trazado manual y composición escrita: Estudio exploratorio con niños argentinos al finalizar tercer grado. Interdisciplinaria, (29), 271-286.
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