domingo, 15 de febrero de 2015

Conciencia fonológica (Phonological Awareness) (1)

¿Qué se entiende por conciencia fonológica (CF)?


En sentido amplio, la conciencia fonológica se trata de la habilidad para percibir y manipular los sonidos de las palabras habladas (Goswami y Bryant, 1990). En sentido estricto, es la habilidad para identificar, segmentar, combinar o eliminar, intencionalmente, las unidades subléxicas de las palabras hasta el fonema (Defior y Serrano, 2011). En suma, es un acceso consciente al aspecto fonológico del flujo del habla, y cierta habilidad para manejar representaciones cognitivas en este aspecto (Stanovich, 1986).

Cada una de las definiciones anteriores nos da pistas de los componentes que perciben los autores como importantes, pero si realizamos un amalgama de todas ellas obtenemos que el aspecto de la consciencia -es decir, la capacidad de utilizar con conocimiento componentes del lenguaje más allá de lo que representa la simple discriminación auditiva- es tan importante como el fonológico, los sonidos del lenguaje; de modo que conciencia fonológica sería el conocimiento para manejar y operar con componentes fónicos subléxicos del lenguaje.

La definición anterior, más que responder a solucionar el término, implica una gran cantidad de incógnitas que deben ser resueltas, estás-sin querer ser exhaustivo- podrían agruparse como sigue:

Sobre la información y modo de operación que manejan los procesos de CF

Si comparamos el sentido auditivo con el visual, observamos que el auditivo crea el lenguaje, mientras que el visual no lo hace. La importancia del habla es tal que es estudiada por la mayoría de las disciplinas humanas (cualquiera sabe que entender la jerga de una profesión es el primer paso para aproximarse a ella), mientras que la visión no.  Las unidades con las que tiene que trabajar el oído y el análisis que debe realizar el cerebro son naturales, pero con una gran significación ajena al entorno natural para el que fue desarrollado evolutivamente; es decir, podemos escuchar el ruido del trueno y escuchar a un meteorólogo sobre cómo se ha producido la tormenta. Un espectrómetro “no notará” la diferencia entre ambos ruidos, sin embargo la cantidad de información y la estructuración del discurso humano requiere una capacidad neuronal superior al análisis del trueno,  con áreas y flujos corticales que no se dan en el resto de las especies.
De una forma muy burda (se podría matizar por la significación del lenguaje no verbal inherente a la comunicación humana) el análisis óptico cortical del relámpago y del meteorólogo son muy parecidos. Además no tenemos una capacidad de análisis de subunidades (por subléxicas) y supraunidades (frases, parágrafos, etc.) ópticas que estructuran la realidad que nos presenta la visión (aunque conocemos la forma en que la corteza occipital realiza los análisis de forma, etc).
Con todo esto quiero decir que, el cerebro ha de analizar el habla como una señal acústica, después ha de realizar un análisis para poder categorizar unidades artificiales (fonemas, sílabas, etc.) para extraer información que no está relacionada con la señal ni con las unidades artificiales que ha analizado (significado). De modo que, el análisis del sonido es casi igual cuando se trata de la palabra que cuando se trata de un elemento no lingüístico, pero el análisis posterior que realiza el telencéfalo, dista mucho de ser similar. Existen diferentes modelos teóricos sobre el análisis del habla de los que se han hablado en otra entrada.
Sabiendo esto no nos queda claro:

¿Cuál es el tipo de manejo atribuible a la conciencia fonológica?

¿Qué tipo de operaciones cognitivas  se realizan con la conciencia fonológica?

¿Cuáles de las operaciones que se realizan con conciencia fonológica que resultan imprescindibles para el acceso fonológico a la lectura?

Sobre las unidades operativas que utiliza la CF

Hemos visto que, al inicio de nuestra vida,  el lenguaje utiliza unidades fonológicas que son señales acústicas, categorizadas de modo artificial o arbitrario por un grupo humano o hablantes de la misma variedad dialectal de un idioma. De este modo hay que preguntarse sobre las unidades que utiliza la CF.

¿Existen sonidos con los que pueden operarse de la misma forma que con los lingüísticos?

¿Las variables físicas (acústicas) de las unidades tienen una importancia sobre la capacidad de operar con estas unidades?

¿Qué tipo de unidades sub-léxicas son las apropiadas para desarrollar la lectura?

¿La capacidad operativa es igual con diferentes tipos de unidades?

¿La cantidad de unidades de una lengua es una variable importante para el dominio de  la CF?

¿Hasta qué punto todos los sonidos del lenguaje pueden aguantar los mismos procesos de CF (análisis o síntesis) que otros?

Sobre CF y desarrollo infantil

¿Qué unidades han de operarse en cada etapa del desarrollo infantil?

¿La habilidad de CF parte de otras habilidades de análisis acústico?

¿La constancia perceptiva de determinados fonemas es “aprendida”  por aspectos motrices?

Si esto fuera así y la CF no sólo dependería del sentido auditivo, sino de análisis de patrones motores, los planteamientos actuales sobre la CF serían incompletos.

 ... la percepción de fonemas requiere un decodificador especial. Un posible modelo supone que la codificación se produce por debajo, al nivel de las órdenes neuromotoras (invariantes) de los músculos articulatorios. El decodificador puede entonces identificar los fonemas consultando los comandos de entrada de los sonidos del habla .

Esta cita de Liberman, Cooper, Shankweiler, y Studdert-Kennedy (1967) cobraría de nuevo una gran importancia para explicar parte de lo que es la llamada “conciencia fonológica” y sería una razón añadida para entender la necesidad de vocalización o sub-vocalización al comienzo de la lectura fonética  y durante un periodo de tiempo en los lectores incipientes. 
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Goswami, U. C., & Bryant, P. (1990). Phonological Skills and Learning to Read. Hove: Psychology Press.


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