viernes, 4 de julio de 2025

 

3. Neuromitos sobre la Lateralización Cerebral y Funciones Específicas

Estos mitos simplifican y malinterpretan la especialización de los hemisferios cerebrales y otras funciones neurológicas.

La evidencia científica demuestra que el pensamiento, el aprendizaje y los trastornos como la dislexia involucran interacciones complejas entre regiones cerebrales y sistemas neuronales. En el ámbito educativo, estos mitos pueden llevar a prácticas ineficaces, etiquetado de estudiantes, diagnósticos erróneos y la subutilización de intervenciones basadas en evidencia.

 

 

1. Los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro son dominantes para ciertos tipos de pensamiento (lógico vs. creativo)

Descripción y origen
Sostiene que las personas pueden clasificarse como de "cerebro izquierdo" (lógico, analítico, orientado al lenguaje) o de "cerebro derecho" (creativo, intuitivo, orientado a lo visual), y que estas diferencias determinan su estilo de pensamiento o aprendizaje.

Este mito tiene su origen en investigaciones de los años 60 y 70, particularmente los estudios de Roger Sperry sobre pacientes con cerebro dividido (split-brain), que demostraron que los hemisferios cerebrales tienen ciertas funciones especializadas (por ejemplo, el hemisferio izquierdo está más involucrado en el lenguaje en la mayoría de las personas). Sin embargo, estas observaciones fueron simplificadas y exageradas por la cultura popular, libros de autoayuda y programas educativos, dando lugar a la idea de que las personas tienen un hemisferio dominante que define su personalidad o habilidades cognitivas.

Explicación científica
Aunque los hemisferios cerebrales presentan ciertas especializaciones funcionales (por ejemplo, el hemisferio izquierdo está más asociado con el procesamiento del lenguaje y el derecho con habilidades espaciales en personas diestras), el pensamiento complejo, ya sea lógico o creativo, requiere la colaboración de ambos hemisferios.

Los estudios de neuroimagen, como los realizados con resonancia magnética funcional (fMRI), muestran que tareas creativas (por ejemplo, componer música) y analíticas (por ejemplo, resolver problemas matemáticos) activan redes neuronales distribuidas en todo el cerebro, incluyendo ambos hemisferios (Nielsen et al., 2013).

La idea de una dicotomía entre "lógico" y "creativo" ignora la complejidad de las redes cerebrales y la integración funcional a través del cuerpo calloso, que conecta los hemisferios (Gazzaniga, 2000).

La realidad es que nuestra personalidad y habilidades emergen de la compleja interacción de múltiples regiones cerebrales. No hay evidencia científica que demuestre que un hemisferio controle nuestra forma de ser o nuestras aptitudes de manera dominante.

Referencias comentadas

  • Gazzaniga, M. S. (2000). Cerebral specialization and interhemispheric communication: Does the corpus callosum enable the human condition? Brain, 123(7), 1293–1326. https://doi.org/10.1093/brain/123.7.1293

Este artículo publicado en la revista Brain por uno de los neurocientíficos más reconocidos en el estudio de la lateralización cerebral , analiza cómo la especialización cerebral y la comunicación entre hemisferios, a través del cuerpo calloso, contribuyen a funciones cognitivas complejas y a la condición humana. Destaca la importancia de la integración interhemisférica para la conciencia y el comportamiento humano.

  • Nielsen, J. A., Zielinski, B. A., Ferguson, M. A., Lainhart, J. E., & Anderson, J. S. (2013). An evaluation of the left-brain vs. right-brain hypothesis with resting state functional connectivity magnetic resonance imaging. PLoS ONE, 8(8), e71275. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0071275

Evalúa la hipótesis popular del “cerebro izquierdo vs. cerebro derecho” usando resonancia magnética funcional en reposo. Concluye que no existen personas con dominancia global de un hemisferio; ambos hemisferios trabajan juntos en la mayoría de las tareas cognitivas.

Este artículo, publicado en PLoS Biology por un experto en lateralización cerebral, revisa mitos y realidades sobre la lateralización cerebral. Explica que, aunque existen diferencias funcionales entre hemisferios, la idea de que las personas sean “de cerebro izquierdo” o “de cerebro derecho” es un mito simplificado y no respaldado por la evidencia científica.

Consecuencias en el ámbito educativo

  • Etiquetado erróneo de los estudiantes: Clasificar a los estudiantes como de "cerebro izquierdo" (lógicos) o "cerebro derecho" (creativos) puede limitar su exposición a una educación equilibrada, restringiendo actividades que podrían desarrollar habilidades complementarias.

Por ejemplo, un estudiante etiquetado como "creativo" podría evitar materias analíticas como las matemáticas.

  • Prácticas pedagógicas ineficaces: Algunos programas educativos diseñados para estimular un hemisferio específico (por ejemplo, ejercicios de "entrenamiento del cerebro derecho" para fomentar la creatividad) carecen de respaldo científico y desvían los recursos de enfoques más efectivos, como el aprendizaje interdisciplinario.
  • Refuerzo de estereotipos: Este mito puede perpetuar ideas erróneas sobre las capacidades de los estudiantes, afectando su autoestima y motivación. Por ejemplo, un estudiante etiquetado como "no lógico" podría sentirse incapaz de abordar materias STEM.
  • Desatención a la integración cognitiva: Enfocarse en un hemisferio ignora la importancia de las actividades que promuevan la integración de las habilidades lógicas y creativas, como el pensamiento crítico o la resolución de problemas complejos, que son esenciales para el aprendizaje profundo.

 

2. La materia gris es más importante que la materia blanca

Descripción y origen

Este concepto erróneo sugiere que la materia gris, compuesta principalmente por los cuerpos celulares de las neuronas, es más importante para el aprendizaje y la cognición que la materia blanca. La materia blanca, de hecho, está formada por los axones mielinizados que conectan distintas regiones cerebrales. Esta idea equivocada nace de una comprensión demasiado simplista de la neuroanatomía, donde la materia gris se percibe como el "centro de procesamiento" del cerebro, subestimando la materia blanca como un simple "cableado". Las imágenes de resonancia magnética, que a menudo resaltan la materia gris en el procesamiento cognitivo, han contribuido a esta percepción imprecisa.

 

Explicación científica
La materia gris y la materia blanca son igualmente cruciales para el funcionamiento cerebral y el aprendizaje. La materia gris está ubicada principalmente en la corteza cerebral y los núcleos subcorticales; contiene los cuerpos celulares de las neuronas y está involucrada en el procesamiento de información, como la percepción, la toma de decisiones y la memoria.

La materia blanca está compuesta por axones recubiertos de mielina; facilita la transmisión rápida y eficiente de señales entre regiones cerebrales, permitiendo la integración de información (Fields, 2008).

Los estudios de imágenes de tensor de difusión (DTI) han demostrado que la integridad de la materia blanca está directamente relacionada con habilidades cognitivas, como la velocidad de procesamiento y la memoria de trabajo (Schmithorst et al., 2005). Por ejemplo, alteraciones en la materia blanca, como las observadas en trastornos como la esclerosis múltiple, pueden afectar gravemente la cognición.

La plasticidad cerebral, esencial para el aprendizaje, depende tanto de cambios en la materia gris (por ejemplo, fortalecimiento sináptico) como en la materia blanca (por ejemplo, mielinización inducida por la experiencia) (Zatorre et al., 2012).

Referencias comentadas

Este reconocido investigador en neurociencia revisa el papel de la sustancia blanca en el aprendizaje, la cognición y los trastornos psiquiátricos. Destaca que la sustancia blanca es fundamental para la comunicación eficiente entre regiones cerebrales y que su alteración puede afectar el aprendizaje y estar asociada a trastornos mentales.

  • Schmithorst, V. J., Wilke, M., Dardzinski, B. J., & Holland, S. K. (2005). Cognitive functions correlate with white matter architecture in a normal pediatric population: A diffusion tensor MRI study. Human Brain Mapping, 26(2), 139–147. https://doi.org/10.1002/hbm.20149

Este artículo basado en estudios de resonancia magnética por tensor de difusión demuestra que la arquitectura de la sustancia blanca cerebral en niños sanos se correlaciona con funciones cognitivas como la memoria y el razonamiento. Sugiere que el desarrollo y la organización de la sustancia blanca son importantes para el rendimiento cognitivo en la infancia.

  • Zatorre, R. J., Fields, R. D., & Johansen-Berg, H. (2012). Plasticity in gray and white: Neuroimaging changes in brain structure during learning. Nature Neuroscience, 15(4), 528–536. https://doi.org/10.1038/nn.3045

Estos expertos en neuroplasticidad revisan cómo el aprendizaje induce cambios estructurales tanto en la sustancia gris como en la blanca del cerebro, observados mediante neuroimágenes. Explican que la plasticidad cerebral no solo implica cambios en las neuronas, sino también en las conexiones y vías de comunicación (sustancia blanca).

Consecuencias en el ámbito educativo

  • Subestimación de las estrategias de conectividad: Este mito puede llevar a los educadores a centrarse únicamente en las actividades que estimulen el procesamiento cognitivo (asociado a la materia gris) y descuidar las estrategias que promueven la integración de información, como el aprendizaje interdisciplinario o la práctica espaciada, que dependen de conexiones eficientes mediadas por la materia blanca.
  • Malentendidos sobre el desarrollo cerebral: Los educadores podrían subestimar la importancia de entornos ricos en estímulos que promuevan la mielinización y la conectividad cerebral, como las actividades motoras o las experiencias multisensoriales, que son cruciales para el aprendizaje en edades tempranas.
  • Diseño de intervenciones inadecuado: Al priorizar la materia gris, los programas educativos podrían ignorar las intervenciones que mejoren la velocidad de procesamiento o la conectividad cerebral, como los ejercicios que fomenten la coordinación o la resolución de problemas complejos.
  • Falta de atención a trastornos relacionados con la materia blanca: Este mito puede llevar a malentendidos sobre trastornos del aprendizaje que involucran alteraciones en la materia blanca, como el TDAH, lo que podría retrasar la implementación de apoyos adecuados.

 

3. La dislexia es simplemente ver las letras al revés

Descripción y origen
Esta creencia simplifica la dislexia como un problema de percepción visual en el que las personas "ven las letras al revés" o confunden letras como la "b" y la "d". Esta idea probablemente proviene de observaciones iniciales de niños con dislexia que cometían errores de inversión en la escritura o lectura, combinadas con una comprensión limitada de la dislexia en las primeras investigaciones.

La idea fue perpetuada por descripciones populares y representaciones erróneas en los medios, que ignoraron la complejidad del trastorno.

Explicación científica
La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente el procesamiento fonológico, es decir, la capacidad de asociar sonidos con letras y palabras escritas.

Diversos estudios de neuroimagen han mostrado que las personas con dislexia presentan diferencias en regiones cerebrales como el giro temporal superior izquierdo y el área de Broca, que están involucradas en el procesamiento del lenguaje y la decodificación fonológica (Shaywitz & Shaywitz, 2005).

Aunque algunos niños con dislexia pueden cometer errores de inversión (por ejemplo, escribir "b" en lugar de "d"), estos no son la causa principal del trastorno, sino un síntoma ocasional que también puede observarse en niños sin dislexia durante las primeras etapas de aprendizaje (Vellutino et al., 2004).

La dislexia afecta a la fluidez lectora, la comprensión y la ortografía, y está influenciada por factores genéticos y ambientales. Las intervenciones basadas en la enseñanza explícita de habilidades fonológicas, como la segmentación y la mezcla de sonidos, han demostrado ser efectivas para mejorar las habilidades de lectura en estudiantes con dislexia (Torgesen et al., 2001).

Referencias comentadas

Publicado por dos de los investigadores más influyentes en el campo de la dislexia, este artículo revisa los avances en la comprensión de la dislexia, destacando su base neurobiológica. Explica que la dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de la lectura, asociado con diferencias en el procesamiento fonológico y en la estructura y función cerebral.

  • Torgesen, J. K., Alexander, A. W., Wagner, R. K., Rashotte, C. A., Voeller, K. K. S., & Conway, T. (2001). Intensive remedial instruction for children with severe reading disabilities: Immediate and long-term outcomes from two instructional approaches. Journal of Learning Disabilities, 34(1), 33–58. https://doi.org/10.1177/002221940103400104

Este artículo, altamente citado en la literatura sobre intervención en dificultades lectoras, evalúa los efectos a corto y largo plazo de dos métodos de instrucción intensiva para niños con dislexia severa. Concluye que la enseñanza intensiva y estructurada puede mejorar notablemente la lectura, aunque algunas dificultades pueden permanecer.

  • Vellutino, F. R., Fletcher, J. M., Snowling, M. J., & Scanlon, D. M. (2004). Specific reading disability (dyslexia): What have we learned in the past four decades? Journal of Child Psychology and Psychiatry, 45(1), 2–40. https://doi.org/10.1111/j.1469-7610.2004.00305.x

Revisa cuatro décadas de investigación sobre la dislexia. Resume los hallazgos clave sobre sus causas, diagnóstico y tratamiento, subrayando la importancia del procesamiento fonológico y la intervención temprana para mejorar los resultados en lectura.

Consecuencias en el ámbito educativo

  • Diagnóstico y apoyo tardíos: La creencia de que la dislexia es solo un problema visual puede retrasar la identificación adecuada del trastorno, ya que los educadores podrían no reconocer síntomas relacionados con el procesamiento fonológico, como dificultades para segmentar palabras o leer con fluidez.
  • Intervenciones inadecuadas: Los estudiantes con dislexia podrían recibir intervenciones centradas en la percepción visual (por ejemplo, ejercicios de rastreo ocular o lentes de colores) que no abordan el núcleo del problema, desperdiciando tiempo y recursos.
  • Estigmatización y baja autoestima: Los estudiantes con dislexia podrían ser mal entendidos como "perezosos" o "desatentos" debido a la simplificación del trastorno, lo que afectaría a su motivación y confianza en sus habilidades de aprendizaje.
  • Falta de estrategias basadas en evidencia: Este mito puede llevar a los educadores a ignorar intervenciones efectivas, como la instrucción fonológica estructurada o programas de lectura intensivos, que son esenciales para apoyar a los estudiantes con dislexia.

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