3. Neuromitos sobre la Lateralización Cerebral y Funciones Específicas
Estos mitos simplifican y malinterpretan la especialización
de los hemisferios cerebrales y otras funciones neurológicas.
La evidencia científica demuestra que el pensamiento, el
aprendizaje y los trastornos como la dislexia involucran interacciones
complejas entre regiones cerebrales y sistemas neuronales. En el ámbito
educativo, estos mitos pueden llevar a prácticas ineficaces, etiquetado de
estudiantes, diagnósticos erróneos y la subutilización de intervenciones
basadas en evidencia.
1. Los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro son
dominantes para ciertos tipos de pensamiento (lógico vs. creativo)
Descripción y origen
Sostiene que las personas pueden clasificarse como de "cerebro
izquierdo" (lógico, analítico, orientado al lenguaje) o de "cerebro
derecho" (creativo, intuitivo, orientado a lo visual), y que estas
diferencias determinan su estilo de pensamiento o aprendizaje.
Este mito tiene su origen en investigaciones de los años 60
y 70, particularmente los estudios de Roger Sperry sobre pacientes con cerebro
dividido (split-brain), que demostraron que los hemisferios cerebrales tienen
ciertas funciones especializadas (por ejemplo, el hemisferio izquierdo está más
involucrado en el lenguaje en la mayoría de las personas). Sin embargo, estas
observaciones fueron simplificadas y exageradas por la cultura popular, libros
de autoayuda y programas educativos, dando lugar a la idea de que las personas
tienen un hemisferio dominante que define su personalidad o habilidades
cognitivas.
Explicación científica
Aunque los hemisferios cerebrales presentan ciertas especializaciones
funcionales (por ejemplo, el hemisferio izquierdo está más asociado con el
procesamiento del lenguaje y el derecho con habilidades espaciales en personas
diestras), el pensamiento complejo, ya sea lógico o creativo, requiere la
colaboración de ambos hemisferios.
Los estudios de neuroimagen, como los realizados con
resonancia magnética funcional (fMRI), muestran que tareas creativas (por
ejemplo, componer música) y analíticas (por ejemplo, resolver problemas
matemáticos) activan redes neuronales distribuidas en todo el cerebro,
incluyendo ambos hemisferios (Nielsen et al., 2013).
La idea de una dicotomía entre "lógico" y
"creativo" ignora la complejidad de las redes cerebrales y la
integración funcional a través del cuerpo calloso, que conecta los hemisferios
(Gazzaniga, 2000).
La realidad es que nuestra personalidad y habilidades
emergen de la compleja interacción de múltiples regiones cerebrales. No
hay evidencia científica que demuestre que un hemisferio controle nuestra forma
de ser o nuestras aptitudes de manera dominante.
Referencias comentadas
- Gazzaniga, M. S. (2000).
Cerebral specialization and interhemispheric communication: Does the
corpus callosum enable the human condition? Brain, 123(7),
1293–1326. https://doi.org/10.1093/brain/123.7.1293
Este artículo publicado en la
revista Brain por uno de los neurocientíficos más reconocidos en el estudio de
la lateralización cerebral , analiza cómo la especialización cerebral y la
comunicación entre hemisferios, a través del cuerpo calloso, contribuyen a
funciones cognitivas complejas y a la condición humana. Destaca la importancia
de la integración interhemisférica para la conciencia y el comportamiento
humano.
- Nielsen, J. A., Zielinski, B.
A., Ferguson, M. A., Lainhart, J. E., & Anderson, J. S. (2013). An
evaluation of the left-brain vs. right-brain hypothesis with resting state
functional connectivity magnetic resonance imaging. PLoS ONE, 8(8),
e71275. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0071275
Evalúa la hipótesis popular del
“cerebro izquierdo vs. cerebro derecho” usando resonancia magnética funcional
en reposo. Concluye que no existen personas con dominancia global de un
hemisferio; ambos hemisferios trabajan juntos en la mayoría de las tareas
cognitivas.
- Corballis, M. C. (2014). Left
brain, right brain: Facts and fantasies. PLoS Biology, 12(1),
e1001767. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.1001767
Este artículo, publicado en PLoS
Biology por un experto en lateralización cerebral, revisa mitos y realidades
sobre la lateralización cerebral. Explica que, aunque existen diferencias
funcionales entre hemisferios, la idea de que las personas sean “de cerebro
izquierdo” o “de cerebro derecho” es un mito simplificado y no respaldado por
la evidencia científica.
Consecuencias en el ámbito educativo
- Etiquetado
erróneo de los estudiantes: Clasificar a los estudiantes como de
"cerebro izquierdo" (lógicos) o "cerebro derecho"
(creativos) puede limitar su exposición a una educación equilibrada,
restringiendo actividades que podrían desarrollar habilidades
complementarias.
Por ejemplo, un estudiante
etiquetado como "creativo" podría evitar materias analíticas como las
matemáticas.
- Prácticas
pedagógicas ineficaces: Algunos programas educativos diseñados para
estimular un hemisferio específico (por ejemplo, ejercicios de
"entrenamiento del cerebro derecho" para fomentar la
creatividad) carecen de respaldo científico y desvían los recursos de
enfoques más efectivos, como el aprendizaje interdisciplinario.
- Refuerzo
de estereotipos: Este mito puede perpetuar ideas erróneas sobre las
capacidades de los estudiantes, afectando su autoestima y motivación. Por
ejemplo, un estudiante etiquetado como "no lógico" podría
sentirse incapaz de abordar materias STEM.
- Desatención
a la integración cognitiva: Enfocarse en un hemisferio ignora la
importancia de las actividades que promuevan la integración de las habilidades
lógicas y creativas, como el pensamiento crítico o la resolución de
problemas complejos, que son esenciales para el aprendizaje profundo.
2. La materia gris es más importante que la materia
blanca
Descripción y origen
Este concepto erróneo sugiere que la materia gris,
compuesta principalmente por los cuerpos celulares de las neuronas, es más importante
para el aprendizaje y la cognición que la materia blanca. La materia
blanca, de hecho, está formada por los axones mielinizados que conectan
distintas regiones cerebrales. Esta idea equivocada nace de una comprensión
demasiado simplista de la neuroanatomía, donde la materia gris se percibe como
el "centro de procesamiento" del cerebro, subestimando la materia
blanca como un simple "cableado". Las imágenes de resonancia
magnética, que a menudo resaltan la materia gris en el procesamiento cognitivo,
han contribuido a esta percepción imprecisa.
Explicación científica
La materia gris y la materia blanca son igualmente cruciales para el
funcionamiento cerebral y el aprendizaje. La materia gris está ubicada
principalmente en la corteza cerebral y los núcleos subcorticales; contiene los
cuerpos celulares de las neuronas y está involucrada en el procesamiento de
información, como la percepción, la toma de decisiones y la memoria.
La materia blanca está compuesta por axones recubiertos de
mielina; facilita la transmisión rápida y eficiente de señales entre regiones
cerebrales, permitiendo la integración de información (Fields, 2008).
Los estudios de imágenes de tensor de difusión (DTI) han
demostrado que la integridad de la materia blanca está directamente relacionada
con habilidades cognitivas, como la velocidad de procesamiento y la memoria de
trabajo (Schmithorst et al., 2005). Por ejemplo, alteraciones en la materia
blanca, como las observadas en trastornos como la esclerosis múltiple, pueden
afectar gravemente la cognición.
La plasticidad cerebral, esencial para el aprendizaje,
depende tanto de cambios en la materia gris (por ejemplo, fortalecimiento
sináptico) como en la materia blanca (por ejemplo, mielinización inducida por
la experiencia) (Zatorre et al., 2012).
Referencias comentadas
- Fields, R. D. (2008). White
matter in learning, cognition and psychiatric disorders. Trends
in Neurosciences, 31(7), 361–370. https://doi.org/10.1016/j.tins.2008.04.001
Este reconocido investigador en
neurociencia revisa el papel de la sustancia blanca en el aprendizaje, la
cognición y los trastornos psiquiátricos. Destaca que la sustancia blanca es
fundamental para la comunicación eficiente entre regiones cerebrales y que su
alteración puede afectar el aprendizaje y estar asociada a trastornos mentales.
- Schmithorst, V. J., Wilke, M.,
Dardzinski, B. J., & Holland, S. K. (2005). Cognitive functions
correlate with white matter architecture in a normal pediatric population:
A diffusion tensor MRI study. Human Brain Mapping, 26(2),
139–147. https://doi.org/10.1002/hbm.20149
Este artículo basado en estudios
de resonancia magnética por tensor de difusión demuestra que la arquitectura de
la sustancia blanca cerebral en niños sanos se correlaciona con funciones
cognitivas como la memoria y el razonamiento. Sugiere que el desarrollo y la
organización de la sustancia blanca son importantes para el rendimiento
cognitivo en la infancia.
- Zatorre, R. J., Fields, R. D.,
& Johansen-Berg, H. (2012). Plasticity in gray and white: Neuroimaging
changes in brain structure during learning. Nature Neuroscience,
15(4), 528–536. https://doi.org/10.1038/nn.3045
Estos expertos en
neuroplasticidad revisan cómo el aprendizaje induce cambios estructurales tanto
en la sustancia gris como en la blanca del cerebro, observados mediante
neuroimágenes. Explican que la plasticidad cerebral no solo implica cambios en
las neuronas, sino también en las conexiones y vías de comunicación (sustancia
blanca).
Consecuencias en el ámbito educativo
- Subestimación
de las estrategias de conectividad: Este mito puede llevar a los
educadores a centrarse únicamente en las actividades que estimulen el
procesamiento cognitivo (asociado a la materia gris) y descuidar las estrategias
que promueven la integración de información, como el aprendizaje
interdisciplinario o la práctica espaciada, que dependen de conexiones
eficientes mediadas por la materia blanca.
- Malentendidos
sobre el desarrollo cerebral: Los educadores podrían subestimar la
importancia de entornos ricos en estímulos que promuevan la mielinización
y la conectividad cerebral, como las actividades motoras o las experiencias
multisensoriales, que son cruciales para el aprendizaje en edades
tempranas.
- Diseño
de intervenciones inadecuado: Al priorizar la materia gris, los
programas educativos podrían ignorar las intervenciones que mejoren la
velocidad de procesamiento o la conectividad cerebral, como los ejercicios
que fomenten la coordinación o la resolución de problemas complejos.
- Falta
de atención a trastornos relacionados con la materia blanca: Este mito
puede llevar a malentendidos sobre trastornos del aprendizaje que
involucran alteraciones en la materia blanca, como el TDAH, lo que podría
retrasar la implementación de apoyos adecuados.
3. La dislexia es simplemente ver las letras al revés
Descripción y origen
Esta creencia simplifica la dislexia como un problema de percepción visual en
el que las personas "ven las letras al revés" o confunden letras como
la "b" y la "d". Esta idea probablemente proviene de
observaciones iniciales de niños con dislexia que cometían errores de inversión
en la escritura o lectura, combinadas con una comprensión limitada de la
dislexia en las primeras investigaciones.
La idea fue perpetuada por descripciones populares y
representaciones erróneas en los medios, que ignoraron la complejidad del
trastorno.
Explicación científica
La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente el
procesamiento fonológico, es decir, la capacidad de asociar sonidos con letras
y palabras escritas.
Diversos estudios de neuroimagen han mostrado que las
personas con dislexia presentan diferencias en regiones cerebrales como el giro
temporal superior izquierdo y el área de Broca, que están involucradas en el
procesamiento del lenguaje y la decodificación fonológica (Shaywitz &
Shaywitz, 2005).
Aunque algunos niños con dislexia pueden cometer errores de
inversión (por ejemplo, escribir "b" en lugar de "d"),
estos no son la causa principal del trastorno, sino un síntoma ocasional que
también puede observarse en niños sin dislexia durante las primeras etapas de
aprendizaje (Vellutino et al., 2004).
La dislexia afecta a la fluidez lectora, la comprensión y la
ortografía, y está influenciada por factores genéticos y ambientales. Las intervenciones
basadas en la enseñanza explícita de habilidades fonológicas, como la
segmentación y la mezcla de sonidos, han demostrado ser efectivas para mejorar
las habilidades de lectura en estudiantes con dislexia (Torgesen et al., 2001).
Referencias comentadas
- Shaywitz,
S. E., & Shaywitz, B. A. (2005). Dyslexia (specific reading disability). Biological Psychiatry,
57(11), 1301–1309. https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2005.01.043
Publicado por dos de los
investigadores más influyentes en el campo de la dislexia, este artículo revisa
los avances en la comprensión de la dislexia, destacando su base
neurobiológica. Explica que la dislexia es un trastorno específico del
aprendizaje de la lectura, asociado con diferencias en el procesamiento
fonológico y en la estructura y función cerebral.
- Torgesen, J. K., Alexander, A.
W., Wagner, R. K., Rashotte, C. A., Voeller, K. K. S., & Conway, T.
(2001). Intensive remedial instruction for children with severe reading
disabilities: Immediate and long-term outcomes from two instructional
approaches. Journal of Learning Disabilities, 34(1), 33–58. https://doi.org/10.1177/002221940103400104
Este artículo, altamente citado
en la literatura sobre intervención en dificultades lectoras, evalúa los
efectos a corto y largo plazo de dos métodos de instrucción intensiva para
niños con dislexia severa. Concluye que la enseñanza intensiva y estructurada
puede mejorar notablemente la lectura, aunque algunas dificultades pueden
permanecer.
- Vellutino, F. R., Fletcher, J.
M., Snowling, M. J., & Scanlon, D. M. (2004). Specific reading
disability (dyslexia): What have we learned in the past four decades? Journal
of Child Psychology and Psychiatry, 45(1), 2–40. https://doi.org/10.1111/j.1469-7610.2004.00305.x
Revisa cuatro décadas de
investigación sobre la dislexia. Resume los hallazgos clave sobre sus causas,
diagnóstico y tratamiento, subrayando la importancia del procesamiento
fonológico y la intervención temprana para mejorar los resultados en lectura.
Consecuencias en el ámbito educativo
- Diagnóstico
y apoyo tardíos: La creencia de que la dislexia es solo un problema
visual puede retrasar la identificación adecuada del trastorno, ya que los
educadores podrían no reconocer síntomas relacionados con el procesamiento
fonológico, como dificultades para segmentar palabras o leer con fluidez.
- Intervenciones
inadecuadas: Los estudiantes con dislexia podrían recibir
intervenciones centradas en la percepción visual (por ejemplo, ejercicios
de rastreo ocular o lentes de colores) que no abordan el núcleo del
problema, desperdiciando tiempo y recursos.
- Estigmatización
y baja autoestima: Los estudiantes con dislexia podrían ser mal
entendidos como "perezosos" o "desatentos" debido a la
simplificación del trastorno, lo que afectaría a su motivación y confianza
en sus habilidades de aprendizaje.
- Falta
de estrategias basadas en evidencia: Este mito puede llevar a los
educadores a ignorar intervenciones efectivas, como la instrucción
fonológica estructurada o programas de lectura intensivos, que son
esenciales para apoyar a los estudiantes con dislexia.
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